"Picoegallo", "Gorditas de maíz", "Cajeta de mango"
Emma García Figueroa
Que molesto nos resulta ir por la avenida Luis Donaldo Colosio y escuchar el clásico silbato del tren, sobre todo si nos encontramos cerca de la calle Guadalajara, o la Avenida Principal y vamos rumbo a la Plaza Forum, por que no nos queda otra que hacer lo que dice la escritora mexicana Elena Poniatowska: "El tren pasa primero".
Los que vivimos en la Ciudad de Tepic, no tenemos conocimiento sobre la importancia que este medio de transporte sigue teniendo para los agricultores del Estado, y de los Estados vecinos de Sonora y Sinaloa, ya que por el se envían miles de toneladas de granos al centro del país como maíz y sorgo. Este medio permite transportar productos a granel abaratando su costo.
Hace 10 años que el tren dejo de prestar su servicio para pasajeros, lo que nos dejos un eco de nostalgia, sobre todo los que tuvimos la oportunidad de viajar en él. Viajar en este tipo de trenes era entrar a un mundo surrealista como lo concebía el propio Andrè Bretón: podíamos convivir con los personajes y olores mas diversos, tener como compañero de asiento alguna chiva o puerquito; llegar a las estaciones y escuchar los gritos desgañitados de las vendedoras de comida, mejor conocidas como polleras: "picoegallo", "gorditas de maíz", "cajeta de mango", "quesos".
Junto con el tren de pasajeros dejaron de tener vida las estaciones: Plan de Barrancas, Ixtlàn, Valle Verde, Compostela, Tepic, Aguirre (Puga), Estación Mango, Roseta, Estación Nanchi (Yago), Ruiz y Acaponeta; y las comunidades aledañas se privaron de los ingresos por la venta de sus productos a los pasajeros; a los cuales no pocas de las veces ocasionaron alguno que otro desorden estomacal.
Para muchos de nosotros es casi invisible e inexistente la "Estación Tepic", que cuenta con 1 patio de maniobras; las vías necesaria para recibir y formar hasta 3 trenes de 100 vagones cada uno. Cuyo edificio pide a gritos mantenimiento para no caer. ¿Y que decir de las casas que se encuentran frente a la estación que por mucho tiempo albergaron a los trabajadores ferroviarios? Y de los cuales solo sigue viviendo "Don José Medina".
Si tuviéramos la oportunidad de volver a viajar por el tren que cruza el Estado les recomendaríamos la estación de Plan de Barrancas que cuenta con números puentes y 32 túneles, cuya belleza se podría comparar con la que nos ofrece el tren Chihuahua Pacifico.
Esperemos recuperar este recorrido; mejor aún si es a través de un servicio turístico como el que presta en Guadalajara "El Tequila Express", que no estaría mal en el Estado llamarse "Barranca Express". Y que nos lleve durante su recorrido a recuperar y valorar nuestro entorno y la historia del Nayarit ferroviario; recuperar las historias de vida que en torno a el se desarrollaron y que son parte de nuestro patrimonio cultural. De no ser así seria pertinente contar con proyectos que detonen nuevamente el sector ferroviario y dentro de los que se contemple la creación de un museo ferroviario interactivo, para que las nuevas generaciones dejen volar su imaginación y puedan viajar a través del tiempo siguiendo el ritmo que les marque el paso del tren y el sonido del silbato.
Los que vivimos en la Ciudad de Tepic, no tenemos conocimiento sobre la importancia que este medio de transporte sigue teniendo para los agricultores del Estado, y de los Estados vecinos de Sonora y Sinaloa, ya que por el se envían miles de toneladas de granos al centro del país como maíz y sorgo. Este medio permite transportar productos a granel abaratando su costo.
Hace 10 años que el tren dejo de prestar su servicio para pasajeros, lo que nos dejos un eco de nostalgia, sobre todo los que tuvimos la oportunidad de viajar en él. Viajar en este tipo de trenes era entrar a un mundo surrealista como lo concebía el propio Andrè Bretón: podíamos convivir con los personajes y olores mas diversos, tener como compañero de asiento alguna chiva o puerquito; llegar a las estaciones y escuchar los gritos desgañitados de las vendedoras de comida, mejor conocidas como polleras: "picoegallo", "gorditas de maíz", "cajeta de mango", "quesos".
Junto con el tren de pasajeros dejaron de tener vida las estaciones: Plan de Barrancas, Ixtlàn, Valle Verde, Compostela, Tepic, Aguirre (Puga), Estación Mango, Roseta, Estación Nanchi (Yago), Ruiz y Acaponeta; y las comunidades aledañas se privaron de los ingresos por la venta de sus productos a los pasajeros; a los cuales no pocas de las veces ocasionaron alguno que otro desorden estomacal.
Para muchos de nosotros es casi invisible e inexistente la "Estación Tepic", que cuenta con 1 patio de maniobras; las vías necesaria para recibir y formar hasta 3 trenes de 100 vagones cada uno. Cuyo edificio pide a gritos mantenimiento para no caer. ¿Y que decir de las casas que se encuentran frente a la estación que por mucho tiempo albergaron a los trabajadores ferroviarios? Y de los cuales solo sigue viviendo "Don José Medina".
Si tuviéramos la oportunidad de volver a viajar por el tren que cruza el Estado les recomendaríamos la estación de Plan de Barrancas que cuenta con números puentes y 32 túneles, cuya belleza se podría comparar con la que nos ofrece el tren Chihuahua Pacifico.
Esperemos recuperar este recorrido; mejor aún si es a través de un servicio turístico como el que presta en Guadalajara "El Tequila Express", que no estaría mal en el Estado llamarse "Barranca Express". Y que nos lleve durante su recorrido a recuperar y valorar nuestro entorno y la historia del Nayarit ferroviario; recuperar las historias de vida que en torno a el se desarrollaron y que son parte de nuestro patrimonio cultural. De no ser así seria pertinente contar con proyectos que detonen nuevamente el sector ferroviario y dentro de los que se contemple la creación de un museo ferroviario interactivo, para que las nuevas generaciones dejen volar su imaginación y puedan viajar a través del tiempo siguiendo el ritmo que les marque el paso del tren y el sonido del silbato.
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