Esta mañana los titulares de todos los medios de comunicación y redes sociales anunciaron con alegría la cuarta medalla para México en los juegos olímpicos de Tokyo 2020; pero no todo es dulce.
La triste y amarga realidad es la que confirma a nuestro país que se encuentra en el lugar 80 del Medallero Olímpico. Esto será muy difícil de superar, ya que solo quedan tres justas en las que participa nuestro selectivo, las posibilidades no están a nuestro favor, al menos de una sorpresa olímpica, que todos esperamos.
Con estos resultados queda más que claro, los malos manejos que se escucharon en pasillos del Comité Olímpico Mexicano y deja muy mal parada a Ana Gabriela Guevara Presidenta de la Comisión Nacional del Deporte.
Las voces oprimidas por los chairos a deportistas que denunciaron a los funcionarios corruptos de la cuarta transformación, hoy son más escuchadas que nunca. Se auguraba un crecimiento en Juegos Olímpicos para esta edición, al tener campeones mundiales en diferentes deportes, y con resultados optimistas después de los Panamericanos del 2019, en Lima, Perú.
La persecución mediática por quien alza la voz en contra de las acciones del actual gobierno federal, como sucedió con Paola Espinoza; son un claro ejemplo del autoritarismo propio. Con esto dejo más que claro Ana Guevara que cumplió una venganza de antaño al ser la clavadista la que prendió el pebetero en Guadalajara 2011 y no ella.
Y como bien afirmó la velocista en los medios oficiales de la cobertura olímpica, lo que deben de contar son las marcas y los tiempos; de quienes se ganan los lugares, pero también cuenta el apoyo constante y una revisión minuciosa, para arrojar buenos resultados y no crear una burbuja ficticia de cero posibilidades.
Tokyo 2020 deja una dura enseñanza, deportistas mexicanos que buscaron la oportunidad de medalla por otros países; otros deportistas que dejaron fuera, más los que ya no decidieron ir; los escándalos en la ceremonia de apertura y durante los juegos, habla del gran desorden que tiene Guevara en la CONADE,
Esto es lo que pasa en la elite del deporte mexicano, que podemos esperar con las fuerzas básicas, con las competencias internas y ya no se puede ni hablar de la incapacidad del apoyo financiero en las entidades federativas.
El vergonzoso lugar 80, alude a la peor participación del selectivo mexicano en Juegos Olímpicos en más de 20 años, que hace recordar el cruel momento por el que paso el deporte en los años ochenta y noventa; y confirma con 4 terceros lugares el país tercermundista que somos.
Y la marca más real, que deja atrás todos los argumentos y pretextos, son las cuatro medallas de bronce, que no supera, ni en cantidad, ni posición, el trabajo que desarrolló el olimpismo de nuestro país en las últimas dos décadas.
0 comentarios:
Publicar un comentario